Una mirada desde Miami a La Habana nuestra que está en el Caribe







Miami es una suerte de ciudad muy compleja, algunos la han llamado la capital del tercer mundo, si es que aún existe ese concepto, una ciudad de emigrantes, sobre todo latinos y predominio de cubanos que hemos venido arribando por oleadas y formamos una república sui generis de varias Cubas, la capitalista, los primeros que llegaron al Triunfo de la Revolución y la socialista los cubanos de las ultimas emigraciones. Un día se escribirá la historia de nuestras generaciones rotas por los éxodos y frustraciones de generaciones pérdidas, sin encontrarnos, sin influir unas en otras porque los legados nos han sido arrebatados. 

Si Miami fue para algunos cubanos en un tiempo una especie de Purgatorio siempre en la espera del regreso al Paraíso que habían abandonado, las cosas fueron cambiando en las mentes de los nuevos emigrantes, el Paraíso era alcanzar las costas de la Florida y llegar a la ciudad mágica que nos abría las puertas, dejábamos atrás al infierno socialista. 

En la medida que nos desarraigamos de la patria y con los nacidos en estas tierras, los cubanos fuimos creando una cultura nuestra, valiosa y diferente y porque en la capital del Sol muchos latinoamericanos encuentran refugio y de otras partes del mundo tambien, convirtiéndose en una ciudad multicultural y aunque no se pierden las raíces del todo nos enriquecemos con las influencias que de todas partes nos llegan, el arte se adentra en quienes lo disfrutan y recoge lo esencial para ofrecérnoslo en bandeja dorada, sin perder el color del nuevo paisaje 

Los que llegaron con el primer exilio, traían una obra ya consolidada y encontraron terreno firme para realizarse; otros fueron llegando y así nuestra cultura se diversifica entre los mares, muy original todo este extraño aprendizaje de lejanías y encuentros a través de los más de 50 años de Revolución 


Mientras en nuestro país nos debatimos en un surrealismo trágico, satírico, añadiendo algo de humor negro en ese realismo sucio que se empeña en dejar a las próximas generaciones la destrucción del país. Aun así ha dado grandes talentos que el mundo hoy admira y otros que están ocultos y algún día renacerán al universo fabuloso de este siglo mágico de la información y la libertad de expresión.

El realismo mágico nos ha salvado de existir en todas las fronteras, lo llevamos dentro, el asombro, lo irreal y fantasioso como nuestra propia existencia, es una manera irreal de sobrevivir, una cultura provinciana y universal porque en Cuba todo puede pasar, desde el Lorca con nuestros bailarines increíbles y después en Miami con la magia de volverlos a encontrar... mundo suprarrenal que nos toca a todos desde que Rodrigo de Triana lanzo el grito de ... ¡TIERRA!

georgina miguez lima ©.

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